PARROQUIA DE LA CATEDRAL DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO



La Iglesia en misión permanente 
Preparación

La iglesia en América latina y el Caribe en estado de misión permanente, se trata de fortalecer la dimensión misionera de la Iglesia en el continente y desde el continente. Esto conlleva la decisión  de recorrer juntos itinerarios de conversión que nos lleva a ser discípulos misioneros de Jesucristo. En efecto, discípulo y misión son como las caras de una misma medalla; cuando el discípulo está enamorado de Cristo, no puede dejar de anunciar el mundo que solo él nos salva. (cf. Hch. 4, 12)

El estado de misión permanente implica ardor interior, y confianza plena en el Señor, como también continuidad, firmeza y constancia para llevar “nuestras naves mar adentro”, con el soplo del espíritu Santo, sin miedo a las tormentas, seguros que la providencia de Dios, nos deparó grandes desafíos.

El mismo Espíritu despertará en nosotros la creatividad para encontrar formas diversas para acercarnos, incluso, a los ambientes más difíciles, desarrollando en el misionero la capacidad de convertirse en “pescador de hombres”.
En fin, “estado permanente de misión” implica una gran disponibilidad a repensar y reformar muchas estructuras pastorales. Teniendo como principio constitutivo “la espiritualidad de la comunión” y de la audacia misionera, la principal es la conversión personal, no cabe duda, pero ella debe llevar a forjar estructuras abiertas y flexibles capaces de animar una misión permanente en cada Iglesia particular.                                               

Es un llamado a cada cristiano a recomenzar desde Cristo (Cf. DA 12) mucho se ha hecho pero  hoy se nos pide con énfasis mirar nuestra fe y asumirla con convicción  firme.Aparecida traza entonces el camino para alcanzar el fin propuesto y que constituyen en si los objetivos de la misión permanente. (n° 226) 

Iniciativa 

La Misión Continental surge como iniciativa de la V Conferencia de Aparecida en el año 2007 y tiene como objetivo poner a la Iglesia en un "estado de misión permanente", desarrollando la dimensión misionera de la vida en Cristo. En la parroquia nuestra  Señora del rosario  buscará evangelizar convocando a todas sus fuerzas vivas: sacerdotes, religiosos, comunidades, niños, jóvenes, adultos... y cada una de las instituciones iniciando con la familia.

Compromiso 

El estado de misión permanente pretende que la Iglesia latinoamericano  y del Caribe recuerde que el bautizado es discípulo y misionero.  Discípulo, porque sigue a Jesucristo, esto implica vivir el Evangelio en toda su dimensión.  Además,  del discipulado nace  el compromiso misionero, que  no es otra cosa que  ser testigo de Cristo; y es testigo porque   cree,  celebra, proclama y vive la  fe.     

a) La experiencia religiosa. En nuestra Iglesia debemos ofrecer a todos nuestros fieles un “encuentro personal con Jesucristo”, una experiencia religiosa profunda e intensa, un anuncio kerygmático y el testimonio personal de los evangelizadores, que lleve a una conversión personal y a un cambio de vida integral.

 b) La vivencia comunitaria. Nuestros fieles buscan comunidades cristianas, en donde sean acogidos fraternalmente y se sientan valorados, visibles y eclesialmente incluidos. Es necesario que nuestros fieles se sientan realmente miembros de una comunidad eclesial, y corresponsables en su desarrollo. Eso permitirá un mayor compromiso y entrega en y por la Iglesia.

 c) La formación bíblico-doctrinal. Junto con una   fuerte experiencia religiosa y una destacada convivencia comunitaria, nuestros fieles necesitan profundizar el conocimiento de la Palabra de Dios y los contenidos de la fe, ya que es la única manera de madurar su experiencia religiosa. En este camino, acentuadamente vivencial y comunitario, la  formación doctrinal no se experimenta como un   conocimiento teórico y frío, sino como una herramienta fundamental y necesaria en el crecimiento espiritual, personal y comunitario.

d) El compromiso misionero de toda la comunidad. Ella sale al encuentro de los alejados, se interesa por su situación, a fin de reencantarlos con la Iglesia e invitarlos a volver a ella.
Tomando estos elementos podemos entonces proponer para nuestra comunidad parroquial un itinerario que de marcha a la Misión permanente. 
La misión en nuestra parroquia
Retomando  el querer  de nuestro obispo diocesano Mons. Guillermo Orozco Montoya  pretendemos  asumir la misión como un compromiso misionero nutrido en las características de la primera comunidad Cristiana: “Se mantenían constante en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones”. (Hch. 2, 42)    Este es el ideal cristiano     el cual  cimienta los cuatro grandes pilares que sostienen  el andamiaje de la misión permanente.

        I.            La Palabra de Dios: porque “quien desconoce las sagradas Escrituras desconoce al mismo Cristo”. San Jerónimo. 
   
      II.            El servicio a los hermanos: porque el   compromiso es con el más necesitado

    III.            La Eucaristía: porque es “centro y culmen de la vida cristiana”. Cf. L.G.11

  IV.            La oración: porque “es justo y bueno orar para que la venida del Reino de justicia y de paz influya en la marcha de la historia pero también es importante impregnar de oración las humildes situaciones cotidianas”. CIC. 2660
       
Iluminados  por el  Espíritu Santo deseamos acentuar   la identidad de discípulos misioneros en cada bautizado inmerso en  tres dimensiones: Sacerdotal; para celebrar los sacramentos, profética; para anunciar – proclamar la fe y Regia; para servir al prójimo.  

Caminado juntos
Nuestro compromiso es ver, juzgar y actuar (Cf. Aparecida 19) Por  lo tanto debemos  conocer, analizar  y tomar una actitud de compromiso  frente a la realidad de nuestros pueblos. Solo parroquias nuevas pueden asumir retos que iluminen los ejes sociales a saber: religión, cultura, educación y la política estatal. Para lograrlo es necesario discípulos misioneros formados a la manera propuesta por Aparecida en el numeral 278
v  El Encuentro con Jesucristo.
v  La Conversión
v  El Discipulado
v  La Comunión
v  La Misión
Resumiendo nuestro propósito podemos decir:
  Conocer a Jesucristo por la fe es nuestro gozo; seguirlo es una gracia, y transmitir este tesoro a los demás es un encargo que el Señor, al llamarnos y elegirnos, nos ha confiado.  Guiados por Jesucristo resucitado podemos y queremos contemplar al mundo, a la historia, a nuestros pueblos de América Latina y de El Caribe, y a cada una de sus personas.
La tarea es grande y apenas comienza




Pbro. Esteban de Jesús Piefrahita Fernández
Vicario de la Catedral

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